Utilidad en la esclerodermia
En 1967 el Dr. A. Scherbel y sus colaboradores de la Cleveland Clinic Foundation realizaron un estudio clínico con 42 pacientes con esclerodermia que no respondían a ninguno de los tratamientos convencionales demostrando la efectividad del DMSO en el 62% de los casos. Según publicaron en Annals of the New York Academy of Sciences los pacientes mostraron un significativo alivio del entumecimiento y del dolor así como de la cicatrización de las ulceraciones en los dedos. La esclerodermia es una grave enfermedad autoinmune que comienza a manifestarse en la piel como placas escamosas de color rosado a marrón producidas por un crecimiento descontrolado de colágeno que evoluciona afectando las articulaciones y puede llegar a comprometer órganos internos pudiendo ser mortal si incide en los riñones o el corazón. El DMSO continúa utilizándose desde entonces para esta patología aun cuando no se publicaron nuevas evidencias clínicas sobre sus efectos terapéuticos a excepción de un artículo aparecido en 1985 en Terapevticheskii Arkhiv que describe las experiencias positivas de un grupo de médicos soviéticos encabezados por el Dr. L. Murav’ev.
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