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Vía de administración: Intramuscular, Subcutánea, Intradérmica.
Ingredientes: Dimetilsulfoxido 99.9%
Porción por envase: 50 mL de DMSO al 99.9%.
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¿Qué es el DMSO?
El dimetil sulfóxido, abreviado como DMSO, es un componente órgano-sulfurado producto de la reacción atmosférica a las emisiones de gas del plancton oceánico. Cuando llueve, el DMSO líquido se distribuye y es absorbido por todas las plantas con follaje, después se incorpora en la sustancia estructural.
Tanto en la medicina alternativa como en la clásica, el dimetil sulfóxido está aprobado como un remedio antiinflamatorio y regulador de la regeneración de los tejidos. En particular se aplica para inflamaciones, alivio del dolor, heridas, trastornos del flujo sanguíneo, infecciones y también enfermedades metabólicas, cardiovasculares y neurológicas. Los efectos especialmente reparadores de los tejidos dañados hacen también que el DMSO sea muy útil para tratamientos cosméticos, como la corrección de tejidos cicatriciales.
El DMSO es una substancia molecular pequeña con una estructura muy simple y por lo tanto su diversidad terapéutica es tan asombrosa. Los efectos comprobados del DMSO son: rápida penetración de las membranas biológicas, elimina radicales libres, reanima la función del sistema nervioso parasimpático, alivia el dolor, relaja los músculos y causa expansión vascular, regeneración de los tejidos, anticoagulación, modulación inmune.
El DMSO y las moléculas de agua tienen una atracción especial entre sí, basada en efectos electroestáticos, que en ambos casos son llamados dipolos. A este respecto recordemos que por definición, nuestro organismo es una solución acuosa – que consiste en más del 50% de agua. Desde el punto de vista científico, esta liberación de energía que se produce a nivel de la partícula material es la estructuración o modulación de información.
El efecto principal del DMSO se puede ver en la interacción de re-información en las estructuras acuosas de los sistemas biológicos. Otros efectos del DMSO, como el incremento de la saturación del oxígeno o la captura de radicales hidroxilos, se basan en su participación en los procesos metabólicos, en forma de reacciones bioquímicas. Además, el DMSO es una substancia abastecedora de sustratos en términos de sulfuro orgánico que puede ser utilizado inmediatamente.
El DMSO es un producto intermediario del ciclo sulfúrico global que distribuye sulfuro biodisponible a toda la vida animal y vegetal, lo cual lo convierte en el componente que probablemente posee la más amplia gama y la mayor cantidad de aplicaciones terapéuticas.
¿Para qué sirve el DMSO?
Tienen potenciales aplicaciones clínicas en el tratamiento de una variedad de condiciones tales como la depresión, fibromialgia, artritis, cistitis intersticial, lesiones deportivas, insuficiencia cardíaca congestiva, diabetes, cáncer, y SIDA.
El masaje de la piel con soluciones de DMSO se puede utilizar para transportar dosis efectivas dentro del cuerpo, pues son efectivamente absorbidas por la piel y rápidamente se dispersan por todo el organismo. Debido a su capacidad de transportar otras pequeñas substancias moleculares, el DMSO no se usa únicamente solo, sino que también se usa a menudo en una combinación de más remedios alternativos mezclando las substancias o aplicándolas/administrándolas al mismo tiempo.
En suma, aunque el DMSO es universalmente conocido por su capacidad para atravesar las membranas sin alterarlas -lo que lo convierte en el mejor transportador transdérmico existente pudiendo incluso llevar sustancias que no pueden atravesar la barrera hematoencefálica- tiene también otras importantes virtudes terapéuticas, de las que merece la pena destacar estas:
Es un poderoso eliminador de radicales libres, tanto por su capacidad antioxidante como por su capacidad quelante que le permite neutralizar los peligrosos iones metálicos.
-Es inmunomodulador; es decir, normaliza o estabiliza todo sistema inmune exacerbado sin deprimirlo; algo importante, especialmente en el caso de las llamadas enfermedades autoinmunes.
-Es vasodilatador -y por tanto hipotensivo-, algo fundamental en el caso de heridas y traumas con riego sanguíneo disminuido (problema a menudo más perjudicial que la propia herida o trauma).
-Es un eficaz antimicrobiano con efecto bacteriostático -no produce la muerte de las bacterias patógenas pero impide su reproducción-, antivírico, antifúngico y antiprotozoario.
Entre sus propiedades terapéuticas encontramos que bloquea fibras conductoras nerviosas que producen dolor, reduce la inflamación, dilata vasos sanguíneos e incrementa el suministro de oxígeno, protege células de daños mecánicos, tiene un efecto calmante en el sistema nervioso central, y ayuda a la desintoxicación de metales pesados.
¿Cómo se administra?
El uso práctico del DMSO es posible interna y externamente.
Internamente puede tomarse oralmente como una solución bebible o en forma de infusiones, o en inyecciones. Para aplicación externa, el DMSO se puede aplicar -en diluciones adecuadas con agua o en preparaciones como ungüento o gel- sobre la parte afectada o en las áreas de la piel enfermas o dolorosas.
Cuando se usa externamente, no se plantea la cuestión de la dosificación en gramos, sino la concentración del líquido que se va a aplicar. Las soluciones diluidas en agua deben ser bien toleradas en la piel.
Cuando se usa internamente, un valor estándar de 0,1 gramo por kilogramo de peso corporal puede considerarse que es efectivo.
El DMSO debe ser almacenado a temperatura ambiente. No debe estar en contacto con materiales sintéticos. El DMSO no se utiliza puro, sino diluido con agua.
Antes de cualquier aplicación externa, se debe asegurar que no haya en la piel substancias que causen irritación. Los ingredientes de los cosméticos y protectores solares, lociones, tinturas, cremas/bálsamos, etc. podrían ser transportados por el DMSO a los tejidos más profundos y causar problemas persistentes en la piel.
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