Terapéutica antioxidante contra las enfermedades neurodegenerativas
El envejecimiento es un proceso fisiológico, gradual, que se asocia a la disminución de la capacidad de adaptación en cada uno de los órganos, aparatos y sistemas, así como de la capacidad de respuesta a los agentes lesivos que inciden en el individuo, comprometiendo su estructura, función, integridad, homeostasia, haciéndolo más vulnerable, lo que conduce a la muerte. De manera general, se ha propuesto que el envejecimiento ocurre, asociado a la edad, como un conjunto de interacciones de origen intrínseco (genético), extrínseco (ambiental) y estocástico (daño aleatorio a moléculas vitales).
Atenuar la disminución de los niveles de glutatión podría tener efectos benéficos en los pacientes con diversos desórdenes neurodegenerativos. Se han realizado numerosos intentos por disminuir la progresión de las enfermedades neurodegenerativas, uno de ellos es el empleo de diversos antioxidantes para disminuir el avance de estas entidades, como el empleo de la N-acetilcisteína (30), la vitamina C o de la vitamina E, en pacientes con enfermedad de Parkinson. Este tipo de tratamiento con moléculas antioxidantes, ha mostrado la elevación progresiva de las concentraciones de glutatión en pacientes con diagnóstico previo. Además, se han desarrollado análogos de glutatión para el tratamiento de estas enfermedades, por ejemplo la administración de monoetiléster de GSH en cobayos incrementa los niveles de GSH en un modelo de deficiencia de vitamina C; otro ejemplo es el análogo YM 737 que protege contra la isquemia experimental en rata. Las ventajas de estos componentes, a diferencia del GSH, es que tienen mayor facilidad para cruzar la barrera hematoencefálica y ser transformados rápidamente en glutatión en su forma reducida en el tejido neural; sin embargo, estos fármacos aún no están disponibles para el uso en humanos.
Diferentes estudios han mostrado que la terapia antioxidante puede retrasar o disminuir los síntomas relacionados con las enfermedades neurodegenerativas por ejemplo, efectos benéficos cognitivos en pacientes con EA y disminución de algunos síntomas en pacientes con EP. Pero ya que los síntomas se presentan después de iniciado el proceso fisiopatológico, existe duda si la terapéutica preventiva con antioxidantes tendría efectos benéficos o positivos sobre la salud humana; sin embargo, sería un punto de recomendación que en sujetos con alta probabilidad de desarrollo de enfermedad de tipo neurodegenerativa, del neurodesarrollo o del envejecimiento, se determinen niveles séricos de GSH o en fluido cerebroespinal e iniciar un tratamiento temprano para retrasar las complicaciones causadas por la presencia de estrés oxidativo.
En conclusión, es evidente la asociación del estrés oxidativo con los procesos neurodegenerativos; debido a sus características antioxidantes, el glutatión representaría una de las primeras líneas de defensa en contra del estrés oxidativo y aunque su papel no sea tan evidente en algunos padecimientos, es importante señalar que este metabolito es utilizado por diferentes enzimas que detoxifican y que su restitución podría mejorar o retrasar el daño ocasionado por el agente fuente de estrés oxidativo.